DÍA 1.
Así que después de visitar Boltaña y Broto, nos dirigimos hacia Torla, el pueblo de donde sale el autobús que te lleva al Parque Natural de Ordesa y el Monte Perdido.
Debéis saber que salen autobuses a lo largo de todo el día, ya desde primera hora, cada 15 minutos. En algunos tramos del día puede tratarse de 30 minutos. Y si pensáis que no merece la pena pagar los 5€ que cuesta el billete de ida y vuelta, os recomendamos repensároslo. La ruta que hicimos nosotros hasta la cascada Cola de Caballo (la de la foto de arriba) es bastante cansada. No creo que os interese incrementarla en una o dos horas más de ida y de vuelta. SI VAIS CON PERRO NO OS DEJARÁN MONTAR EN EL AUTOBÚS.
Una vez con la información que necesitábamos, se acercaba la hora de buscar un sitio donde acampar. Aprovechamos para comentar que en Torla NO se puede. En el párking está prohibido específicamente. Aunque si algo aprendimos de esta escapada es que en la provincia de Huesca está permitido pernoctar donde te parezca siempre que no se te indique lo contrario. Al menos, a nivel práctico. Vimos coches descansando en cunetas.
Así pues, retrocedimos lo andado. Volvimos a pasar por Broto y Sarvise y, entre éste pueblo y Fiscal, encontramos un desvío a nuestra derecha (dirección a Fiscal, eh) donde encontramos una zona de acampada para caravanas, sin baños pero con campo de fútbol, mesas y un refugio. Cenamos y pasamos nuestra primera noche con la manada de caravanas y furgonetas.
DÍA 2.
Nos levantamos más tarde de lo previsto pero pronto igualmente. Tras desayunar y prepararnos, volvimos de nuevo a Torla, compramos nuestros billetes de bus y, al poco, emprendimos camino. Tras unos diez minutos por una sinuosa carretera, llegamos a la zona de desembarco. La señalización es más que suficiente para llegar a cualquier sitio. Nuestro objetivo, Cola de Caballo, debe ser el más popular de todos. Siempre hay gente yendo y viniendo de o hacia allí.
Es una ruta de 17km que salva 800m de altura. Se hace aproximadamente en 3 horas de ida y 3 de vuelta. Y podría llamarse la ruta de las cascadas porque las vistas que vimos (a pesar de no ser época de deshielo), fueron alucinantes. Aquí unas muestras:
Tras un par de horas atravesando el bosque, llegamos a una cuenca donde, siguiendo como siempre el cauce del río, disfrutábamos de esto:
Y, al fin, tras unas tres horas de caminata y haber salvado 800m de desnivel, ¡nuestro objetivo, Cola de Caballo! Aprovechamos para comer y descansar un rato. Éste es con gran precisión mi punto de vista del momento:
Veis que iba con tejamos y deportivas. Mis botas las llevó MJ porque se dejó las suyas en casa. O eso o iba con chanclas. Eso sí, tuve que dejarle unos calcetines gordos y aun así le iban un poquito grandes.
De vuelta, aprovechamos, antes de adentrarnos de nuevo en la zona boscosa, para acercarnos al río, donde María José se dio un chapuzón. Yo no soy tan valiente.
Acabó aterida perdida, pero ella tiene esta manía. Allá donde va, tiene que darse un chapuzón. Pues ale.
En definitiva, terminamos llegando agotados al punto de desembarco, donde paramos a descansar un rato y, finalmente, tomamos uno de los numerosos buses que nos llevarían de nuevo a Torla. Pueblo que, esta vez sí, aprovechamos para visitar.
¿Queréis ver el resto de fotos de Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido? Echadle un vistazo al tablero en Pinterest que le hemos dedicado clicando en la siguiente imagen:
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