viernes, 26 de julio de 2013

Playa de Guadamía (Asturias)



DÍA 5.

Tras tantas aventuras y la desesperación de rondar por los alrededores de Ribadesella con el coche en busca de un sitio donde acampar, desandamos parte del camino porque María José recordaba haber visto alguna señal de camping o playa. Y fue así como encontramos el enclave de Playa de Guadamía.








Tras cenar viendo el mar, nos llevamos el coche hasta la punta del acantilado y lo aparcamos al lado de una furgoneta con la que terminaríamos pasando la noche. Y allí descubrimos los bufones: cráteres que atraviesan las rocas hasta el mar y que, con el compás de las olas, expulsan el aire a presión, simulando el soplido de un gigante. Cuando hay mar revuelta, escupen agua como un géiser. Eso sí, aunque nos llovió por la noche, no llegamos a poder ver éste fenómeno.





Nos asomamos al acantilado y nos pasamos un buen rato observando.




DÍA 6.

Tras una noche de lluvia, nos levantamos con el chirimiri y paseamos un rato por los acantilados. Realmente recordaba a un paisaje escocés. Al despedirnos, decidí que éste era un buen sitio para abandonar mi única bota (¿recordáis que perdí una cerca del bosque de Oma?) y entregarla como tributo al Cantábrico. Quién sabe, quizá hasta instauro una nueva tradición.



En definitiva, ya tocaba ir pensando en la vuelta y para ello habíamos reservado la hermosa ciudad de Vitoria Gasteiz. Así que para allá que nos fuimos. Y así nos despedimos de Asturias. Nos faltó tiempo.

¿Queréis ver todas las fotos de Playa de Guadamía? Echadle un vistazo al tablón de Pinterest que le hemos dedicado clicando en la siguiente imagen:

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